Recientemente hemos tenido oportunidad de ser invitados al Encuentro «Comunidad-Colectivos-Institución» organizado por el Centro de Arte Contemporáneo de Quito.
En el encuentro realizamos diferentes visitas a proyectos y procesos de autogestión urbana y se participó en la mesa de diálogos con equipos locales (tanto colectivos, como comunidades y el departamento de gestión comunitaria del Centro de Arte Contemporáneo)
Además pudimos visitar la cuna del ecuavoley, enlazando estos recorridos urbanos con la investigación LATINOAMERICAgo.es que veníamos realizando en Madrid, con el colectivo «el gato con moscas» en el marco de las residencias de artistas «El Ranchito» de Matadero Madrid.
Posibles continuaciones y conclusiones en proceso (de cuyo proceso rescatamos el borrador de decálogo relación isntitución-colectivos-comunidad)
1-La institución no es homogénea y no son todos ineptos o funcionarios acomodados que no se quieren complicar la vida con la participación.
Pero los que están dispuestos a cranearse los cambios deben estar dispuestos a la crítica externa, la autocrítica, a buscar las fisuras dentro del propio sistema y a escuchar y a actuar como conectores de proyectos externos. Deben ser conscientes de que ser juez y parte es un esfuerzo adicional que no siempre es fácil y fructífero.
2-Los colectivos independientes son independientes. Deben poder ser claros en sus propuestas y procesos, así como la forma en la que se pueden conectar al resto de las propuestas.
Tienen un rol fundamental en la constante puesta en crisis del proceso casi como de una veeduría externa se tratase (tanto al proceso con la comunidad como al proceso con la institución)
3-La comunidad no es tonta, aunque suele adolecer de referentes a la hora de hacer propuestas concretas. Tampoco son todos buenos y todos víctimas, de hecho ante un proyecto de regeneración urbana suelen aparecer especuladores y oportunistas instalando la confusión procedimental.
4-Transparencia en la información. Además evita especulación de terceros y engaños.
5-Transparencia y claridad en los procedimientos es formación pedagógica ciudadana.
6-Los tiempos institucionales e infraestructurales rara vez coinciden con los tiempos sociales. Es preciso planificar disminuyendo las rigideces de cada agente, en pro de las complicaciones o espontaneidades del proyecto.
7-Dar información en una reunión y recoger las firmas de los asistente no es Participación. Un proyecto participativo establece una relación de diálogo multilateral y horizontal con el objetivo de canalizar, conducir y sintetizar las demandas ciudadanas, con el objetivo de que puedan ser defendidas técnicamente ante las administraciones públicas.
8-. Existe una gran falta de referentes en proyectos participativos por parte de las administraciones públicas y una gran falta de referentes en propuestas urbanas o arquitectónicas concretas por parte de las comunidades. El proyecto participativo se extiende, por tanto, a un proyecto cultural ciudadano que refuerza desde la subjetividad de cada individuo, a la concepción de comunidad a distintas escalas, a la concepción de la democracia participativa por parte de las instituciones.
Todos estos aspectos han de ser tenido en cuentas, seguidos y evaluados en un proyecto de participación.
9-Participación ciudadana no es descentralización política, aunque se haga con las escalas mas vecinales de la administración pública. Es preciso poner en crisis los liderazgos tradicionales que muchas veces no representan a las comunidades y detectar los liderazgos emergentes.
10-Un referente desarrollado por iniciativa ciudadana puede ser muy válido en el ámbito de la autogestión, pero seguramente será muy deficiente y oportunista si quiere llegar a convertirse en política pública sin una reflexión y adaptación mas profunda.