En el IDEPAT - Instituto de Generaciones Patrimoniales (o de Degeneraciones Patrimoniales) - nos cuestionamos quién decide qué es y qué no es Patrimonio Cultural en la ciudad y si la ciudadanía tiene algo que decir al respecto.
Entendemos la cultura no solamente como las costumbres que en sentido positivo construyen la realidad territorial, sino también como aquellos hábitos no tan positivos con los que convivimos en la construcción del territorio, como el clientelismo, la corrupción, el control territorial o el abandono. Todas ellas, situaciones que sufrimos pero toleramos, sin duda contribuyen a construir los territorios en sus distintas dimensiones y que, por ello, merecen ser remarcadas como Patrimonio Cultural.
Se otorga esta mención a la comunidad proactiva de los barrios de los cerros, en situación de borde, por su gran capacidad de autogestión social, política y cultural de su territorio, quienes llevan más de 30 años de resistencia ante el abandono institucional y la incapacidad normativa para conciliar problemáticas ligadas a lo medioambiental y urbano.
Se otorga esta mención a colectivos y vecinos por su gran capacidad de autogestión social, política y cultural del territorio, recuperando los espacios de miedo patrocinados por el Estado y priorizando el valor de uso lúdico y cultural por encima de las dinámicas de la especulación urbana.
Se otorga esta mención a colectivos y vecinos que liderando procesos políticos, pedagógicos y culturales, son ejemplo de aprendizaje, lucha y resistencia territorial. Un homenaje a aquellos que han permitido que la casa del viento no sea una casa en el aire, haciendo de ella una provocación y una manifiesta incomodidad reflexiva.
Aquí yacen los restos de una antigua cancha que hoy es símbolo invaluable de miedo en la comunidad. El abandono institucional de este mirador, repudiado por Acueducto y no reconocido por el tan nombrado parque San Cristóbal, es testimonio de los nulos esfuerzos distritales para cuidar el espacio público y proteger los lugares de recreación, esparcimiento y encuentro.
Se otorga esta mención a la Loma de las Cometas que sin prejuicios y a pesar de su maltrato nos regala infinitas posibilidades lúdicas, sicas y contemplativas. Reconocimiento a las complicidades entre espacios naturales y personas que se fusionan armónicamente superando estigmas. Un homenaje al Festival del Viento.
Aquí yacen las ruinas que un día fueron hogar de una de las tantas familias que, en un simulacro de recuperación de cuencas hídricas y protección de cerros, fueron expulsadas por el Estado en su incapacidad de mitigar lo mitigable. Recuerdo eterno dedicado a todos los afectados que salieron de este lugar con falsas promesas de vivienda digna y a aquellos que, rodeados de cementerios de escombros, hoy conviven con espacios de conflicto.
Aquí corre un presunto caño conformado por una indeterminada mezcla de aguas inmaculadas y excretadas que, por su «importancia en la estructura ecológica de los cerros», supondrá la reubicación de más de cien familias. ¡Donde el sagrado límite de 30 metros de franja de quebrada prevalece sobre 30 años de habitar en comunidad y de memoria territorial!
Crea tu propia placa de Generación Patrimonial o de Degeneración Patrimonial para aquel lugar o territorio que la comunidad considere que merece ser reconocido.